
La
urgencia
Estamos frente a un escenario de necesidad de agua y de vulnerabilidad hídrica que requiere de nuestra acción.
En los últimos 20 años Panamá se ha transformado. Somos más habitantes y nuestras actividades productivas se han multiplicado, aumentando la demanda y el consumo de agua.
Entre 2006 y 2024, el agua que se extrae de los lagos Gatún y Alhajuela fue 19% más de lo estimado y se proyecta que seguirá creciendo.
Además, la inestabilidad de las lluvias y veranos cada vez más largos ejercen presión adicional a la disponibilidad de agua. Por eso necesitamos una nueva fuente de agua, tanto para garantizar la disponibilidad para consumo humano, como para la operación sostenible del Canal.

Panamá enfrenta una de las amenazas más serias de su historia
Gatún y Alhajuela, construidos hace 100 años para la operación del Canal, son la principal fuente de agua de más de dos millones de personas en la ciudad capital, San Miguelito, Colón y Panamá Oeste. Actualmente ocho potabilizadoras extraen agua cruda de ambos lagos, y pronto dos plantas adicionales entrarán en funcionamiento.
Igualmente, el Canal de Panamá requiere de más agua para sacarle mayor provecho a su ampliación, y seguir aportando beneficios al país, tanto directos como indirectos.
Todo esto provocó que en el 2012 alcanzáramos el uso de agua de los lagos del Canal que se vaticinaba para 2025.
Ocho plantas potabilizadoras extraen agua CRUDA directamente del lagos del canal para abastecer a más de la mitad de la población del país
Al mayor consumo de la población se suma el cambio climático que nos enfrenta a sequías prolongadas y lluvias impredecibles.
El 2024 fue el año más caliente en la historia del mundo, mientras la última década (2015-2024) ha sido la más caliente en la historia.
Estos patrones del clima provocaron que 2023 haya sido el tercer año más seco en la historia de la Cuenca del Canal, con lluvias 25% por debajo de lo normal.
Producto de la sequía, en el 2024 los tránsitos por la vía interoceánica bajaron 21% , lo que significó 2,700 buques menos.
Si no actuamos hoy, podríamos comprometer el agua que necesita la gente, las escuelas, los hospitales, la agricultura, el comercio, el turismo, la industria y el Canal de Panamá.
